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Alba fue rescatada de la calle durante la implantación del CER en una zona industrial. La persona que la alimentaba nos explicó que había aparecido hacia muy poco y había perdido mucho peso. El efecto del abandono y que era de capa blanca (peligro de carcinoma de células escamosas por la exposición solar) fueron los motivos por el que decidimos sacarla de la calle. Sin embargo, a pesar de que se ha adaptado perfectamente a un hogar y a otros animales, no confía en las personas. En todo este tiempo no hemos podido tan siquiera acariciarla. Aunque nuestra teoría (y experiencia con casos similares) es que el hogar adecuado aunque sea de acogida podría conseguir que recuperara la confianza.