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El otro día estuve un rato con Pluto y si no estás en situación de adoptar a un animal aconsejo fuertemente huir de él y de sus encantos, porque conforme lo vas viendo venir con carilla de despistado mirando a todos lados, muy emocionado, con el rabito acompañando con nerviosismo, ya te estás enamorando. Y solo puede ir a peor, ¿eh?, que el bribón se las sabe todas y se te planta tripita arriba sonriendo, enseñando la punta de los colmillos como un murcielaguillo travieso y no hay marcha atrás, quieres achucharle para el resto de la vida. Pluto fue rescatado hace un par de meses cuando vagaba solito por unos campos, entonces estaba muy asustado, supongo que no había tenido muy buenas experiencias con las personas y ahora que ha conocido unas cuantas majas, todas le caen bien. La veterinaria le puso de edad un año pero pa mí que fue un poco al tuntún, todo en él recuerda a un cachorrón. Es un perrete que transmite buena vibra, optimismo, alegría, quizá sea por eso que se lleva genial con todos los perros. No está testado con gatos aunque me sorprendería muchísimo que no fuese compatible, en caso de ser necesario se podría hacer una prueba. En fin que es para reventarle a besos la cara esa adorable que tiene para que aprenda a ser menos monísimo y achuchabilísimo, y que está preparadisimo para dejarse querer mucho y bien y ser el miembro estrella de una familia responsable, sólo le hacen falta candidatos. Pluto es un bodeguero de unos 8 kilos, está en Sevilla y puede viajar a otras provincias.