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LEGO fue encontrado por una voluntaria en la carretera, atravesándose entre los coches que frenaban para no atropellarlo. En cuanto pudo parar y llamarlo, el pobre se lanzó a sus brazos. Cuando lo tuvo a salvo, enseguida vió que algo no estaba bien con su patita delantera derecha, estaba bastante deformada y torcida. Al parecer LEGO, con solo un añito de vida, ya había sufrido la rotura de esa para en dos puntos diferentes, y al no haber sido atendido, el hueso soldó muy mal, dejándole bastante cogito. A LEGO lo conseguimos operar para enderezar esa patita y todo parece ir muy bien ahora, por lo que creemos que ya está preparado para ser feliz junto a una familia que lo quiera y cuide como merece. Es un perrito alegre, cariñoso y muy activo.