Mis datos

¿Cómo soy?

Mi historia

Mira, os lo voy a contar porque tengo coraje. Ya sabéis que soy Nube, que soy una veterana en la asociación y que soy doble positiva. Lo que no sabéis es que me encanta cazar moscas como una gamberra. El caso es que así estaba yo ayer, en mi momento cazadora, acechando una mosca que me estaba vacilando, cuando viene mi compi de piso humano y me dice con cara de “no me odies”: “Nube, hoy nos toca ir al vete”. Así, sin haberlo apuntado en el calendario de la cocina ni dejar a una organizarse. A puntico estuve de contestarle “Ah, pues tira”. Pero me callé. Total, que digo, voy a meterme una de estas moscas en la boca y me la llevo para el camino, que luego en el transportin me aburro. Pero nada, que me la acabé comiendo antes. En fin, que llegamos a donde las consultas y ya iba yo pensando a ver si me iban a regañar. Así que me puse a pensar cómo camelármelos: la mosca ya no se la podía regalar porque me la comí por el camino, así que me puse a preparar un ronroneo para que “en con ná” que entrásemos a la consulta, soltárselo. Así, sin aviso. Pa ti. A ver cómo me regañas ahora. Y ahí que vamos, me ponen sobre la mesa esa que me deja siempre las patitas helás, y me mira la mujer de la bata blanca: que si me toca la barriga, que si los ojos, que si a ver si tengo cera en los oídos (“Mire señora, que yo soy muy limpia”), que si el termómetro... y se pone a ver unos papeles que tiene en la mesa. Me mira y suelta: “Pero si esta gata está perfectamente, ¿por que la traéis?”. Y ahí que veo a mis padres de acogida hacerse chiquitiiiiitos chiquitiiiiitos y yo pensando “Te lo dije”. Con toda la superioridad posible. Que soy positiva, vale. ¡Pero es que estoy hecha una flor! Lo que pasa es que se preocupan mucho por mí, ya lo sé... pero joe, que estaba yo en mi momento de cazar moscas, ¡agonías! En fin, que si quieres buscar una excusa tonta para adoptarme como que tienes moscas en casa y quieres que te las quite de encima, pregunta por mí en [email protected] Soy la sicaria que necesitas 😏