Mini era una perrita muy miedosa cuando llegó al refugio. Vino de un lugar en el que no fue muy bien tratada. Al principio nadie podía acercarse a ella porque se iba corriendo. Cuando fue esterilizada se quedó en casa de una voluntaria para recuperarse y de momento sigue allí porque quieren esperar para que no tenga que volver al refugio. En casa está mejorando mucho y se está volviendo cada vez más cariñosa. Al principio iba escondiéndose por la casa porque no quería estar con gente pero ahora, cuando la voluntaria vuelve de trabajar, Mini está esperándola en la puerta y da saltos de alegría cuando la ve. Si vuelve a la protectora perderá todo lo que está avanzando así que van a esperar un poco más, nos gustaría que alguien pudiera adoptarla pronto.
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