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Coral y Frosky: bajo todos esos miedos, se esconden dos gatitos con mucho por descubrir. Coral y Frosky se criaron en la calle, hasta que pudieron ser rescatados. Alguien les daba de comer y les cuidó hasta que entraron en ANAA y poco a poco fueron conociendo la figura humana como fuente de seguridad y cosas buenas. Sin embargo, aún les queda mucho por aprender. En la gatera se muestran esquivos, más Coral que Frosky, todavía necesitan tiempo, paciencia y delicadeza para dejar atrás todo el mal que han vivido y empezar a disfrutar de las comodidades de la vida en un hogar. Coral se muestra huidiza, trata de pasar desapercibida y de estar tranquila, aunque con chuches o comida rica parece que comienza a querer saber más de ti. Frosky se ha dejado coger en brazos y tiende a tener una actitud más abierta y a buscarte un poco, aunque a veces sus miedos son superiores y se mantiene en segundo plano. Estas dos preciosidades necesitan un hogar en el que aprender a confiar y a sentirse seguros, en el que dejar atrás todas las malas experiencias que han tenido y en el que comenzar una nueva vida.